Actualizado: 19 jun 2019
¿El agua de mar se puede beber o es tóxica? Esa es la primera preocupación de la gente. Por eso, este bioquímico colombiano creyó necesario actualizar los estudios de René Quinton y otros que se han realizado en Europa y Asia. En 2003, empezó a analizar agua de mar recogida en una reserva natural de El Caribe colombiano. Admite que fue difícil convencer al comité ético de la Universidad de Antioquía (Colombia) para que le permitiera hacer pruebas en seres humanos. Gracias al apoyo moral y financiero de la Fundación Aquamaris (con sede en Badalona, España) obtuvo la autorización de la institución educativa, así como recursos humanos para investigar en su laboratorio.
Soler y su equipo empezaron a analizar el agua que se estaba distribuyendo de forma gratuita en un dispensario marino en el municipio de La Ceja. “Analizamos la parte microbiológica y de metales pesados y nos dimos cuenta de que el agua no era apta para el consumo”, recuerda. El problema era la presencia de coleiformes fecales. En Colombia los vertidos se hacen en la orilla de la playa. No hay cultura de cuidar las playas por motivos turísticos, como en Europa.
Entonces decidieron crear una planta de tratamiento de agua de mar en la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia, con su propio sistema de transporte, y desvincularse de lo que se estaba haciendo en La Ceja. “No queríamos poner en riesgo la salud de la gente y, además, debíamos seguir las normas internacionales sobre agua potable”, asegura.
LOS EFECTOS POSITIVOS DEL AGUA DE MAR DE SUPERFICIE
Los estudios de la Universidad de Antioquía se realizaron con agua de mar recogida a 10 km de la costa y a unos 5 metros de profundidad. Soler afirma que han podido demostrar que no es necesario coger ni a gran profundidad ni en los vórtices. Diversos estudios realizados en países asiáticos afirman que el agua de mar recogida a una profundidad de entre 200 y 300m es muy rica en plancton y está libre de microorganismos potencialmente patógenos. Sin embargo, Soler advierte de que también contiene nitritos y nitratos, lo cual representa un riesgo para la salud humana.
En los vórtices existe una gran cantidad de flora microbiana, pero eso no quiere decir que en el resto del mar no haya plancton, asegura el bioquímico. La flora microbiana juega un papel importante porque es la que produce la materia orgánica. Los microorganismos marinos transforman los minerales inorgánicos en orgánicos para poder introducirlos en su metabolismo. El ser humano tampoco puede asimilar bien los minerales en forma inorgánica. El 99% del cobre que encontramos en el agua de mar, por ejemplo, está de forma orgánica, es decir, perfectamente asimilable por nuestro sistema digestivo y por nuestras células, afirma Soler.
Su último estudio, aún no publicado, fue realizado con una muestra de 164 niños de entre 2 y 6 años con rinitis alérgica y graves problemas de desnutrición. Dividieron la muestra en dos grupos: a uno le administraron una solución salina y al otro agua de mar por vía nasal y también ingerida. Al cabo de 3 meses, notaron que los niños que ingirieron agua de mar habían crecido un poco más. Soler asegura que esos niños dieron más talla porque el agua de mar aporta minerales para el desarrollo óseo, algo especialmente importante en esa etapa del crecimiento. “Lo interesante para Latinoamérica y para los países pobres, pero también para el consumo masivo, es que estamos demostrando que el agua de mar que no es de vórtices ni de profundidad también tiene esas propiedades nutricionales y medicinales”, declara Soler. Insiste en que ese plancton está en todas partes, que han visto esos microorganismos marinos en el agua que recogieron para sus muestras, aunque admite que hay zonas más ricas en plancton que otras.
ESTUDIO: AUSENCIA DE TOXICIDAD POR INGESTA DE AGUA DE MAR NATURAL EN PACIENTES CON GASTRITIS (2007)
Muestra: 32 adultos con gastritis
Objetivo: evaluar la posible toxicidad por ingesta de agua de mar natural durante 5 meses en un grupo de pacientes con gastritis
Observaciones: no se observaron efectos tóxicos, a pesar de los altos volúmenes ingeridos por algunos pacientes. Tampoco se observaron efectos desfavorables en la presión arterial. Dos pacientes con sobrepeso lo disminuyeron y dos con déficit lo aumentaron. Sin alteraciones patológicas en la prueba de genotoxicidad. Sin embargo, se presentaron aumentos significativos de bilirrubina directa y transaminasa AST. Se notó mejoría en los síntomas de la gastritis en casi todos los pacientes, excepto una, que terminó sintomática. En algunos casos, incluso mejoraron otros síntomas como constipación y reflujo gástrico. Cerca de un tercio de los pacientes expresaron sensación de mayor vitalidad y menos fatiga física y mental, posiblemente gracias al aumento del magnesio sanguíneo, que tiene un papel importante para la actividad celular.
ESTUDIO: CONTROL MICROBIANO DE AGUA DE MAR MEDIANTE MICROFILTRACIÓN (2010)
Muestra: se recolectaron 30 muestras de agua de mar en recipientes de polietileno de 20 litros en tres lugares diferentes de la costa atlántica colombiana
Objetivo: comparar la eficiencia de tres métodos de control microbiano: microfiltración, exposición solar y cuarentena.
Observaciones: 15 de las muestras recolectadas resultaron con enterobacterias como E.coli y bacterias halófilas como Vibrio y Aeromonas. La microfiltración a través de cerámica de 0.5 micras produce desinfección de 100% de las muestras, mientras que la cuarentena por 5 meses y la desinfección solar son efectivas en 66 y 21% respectivamente. Esta última requiere de ciertas condiciones climáticas para alcanzar la desinfección y solo permite el manejo de pequeños volúmenes. Se recomienda, por tanto, recoger el agua en altamar, en lugares limpios y realizar la microfiltración.
ESTUDIO: EFICIENCIA DEL TRATAMIENTO DE LA RINITIS ALÉRGICA CON AGUA DE MAR POR INGESTA Y LAVADO NASAL (2013)
Muestra: niños de 2 a 6 años de estrato socioeconómico bajo
Objetivo: comparar el tratamiento con agua de mar diluida con el de solución salina fisiológica sobre síntomas de rinitis alérgica en niños de 2 a 6 años por lavado nasal e ingesta, por 12 semanas.
Observaciones: Al inicio y al final del estudio se realizó un control de crecimiento por antropometría. Se observó un mayor crecimiento óseo en el grupo que tomó agua de mar. También en dicho grupo se observó una mayor reducción de síntomas clínicos respecto a la rinitis.
Resumen de algunos de los estudios realizados por Wilmer Soler y sus colegas en la Universidad de Antioquía
ATENCIÓN A LA SAL
Los minerales son indispensables para el cuerpo, pero un exceso es un problema de vida o muerte, advierte Soler. Una persona se puede intoxicar y morir por exceso de hierro, cobre, sodio o magnesio. Ya los consumimos con los alimentos, por eso el exceso puede venir de los complementos alimenticios. Hay que mantener, por tanto, el equilibrio, aconseja este investigador. Si incorporamos el agua de mar a nuestra alimentación, aportaremos los requerimientos diarios de esos minerales en un 80%, cantidad que combinaremos con los alimentos. Con un vaso de agua de mar hipertónica al día cubrimos esas necesidades de todos los minerales sin excedernos, excepto en el caso del sodio. “El sodio sí supone un problema de sobrecarga cuando incorporamos el agua de mar a nuestra alimentación, porque por cultura los países occidentales sobrepasamos en dos o tres veces lo que el organismo requiere en sodio. Nos hemos acostumbrado al sabor salado de los alimentos”, asegura.