Mi marido (32 años) y yo (29 años) conocimos el agua de mar a medida que fuimos cambiando nuestra alimentación y estilo de vida. Literalmente íbamos dejando de consumir lo que la sociedad supone que debemos comer, sustituyendo y añadiendo alimentos vivos, sanos, nutritivos y saludables, dentro de los cuales está el agua de mar.
Poco a poco dejamos de consumir leche de vaca y la sustituimos por toda la variedad de leches vegetales, eliminamos paulatinamente la carne de nuestra dieta y la cambiamos por proteínas vegetales de alta calidad como por ejemplo el tofu o el seitán, el azúcar y la sacarina se fueron para dejar paso a la stevia, la sal de mesa la cambiamos por la sal del Himalaya, cada semana compramos nuestras verduras frescas y ecológicas, que son la base de nuestra alimentación…y, al dejar de ir al supermercado para acudir a nuestra tienda preferida de productos ecológicos y naturales, un día descubrimos el Agua de Mar.

Como cada alimento nuevo que íbamos conociendo, primero nos informamos, preguntamos en la tienda, leímos un libro sobre el tema y buscamos testimonios y videos por Internet. En seguida quedamos maravillados de la gran cantidad de propiedades nutritivas, saludables y curativas del agua de mar y no entendimos como algo tan preciado para la salud de todo el mundo, es todavía tan desconocido, bueno sí, será que aunque hay agua de mar embotellada, también se puede ir a buscarla directamente al mar y de forma gratuita, algo que no interesa.
Beber agua de mar no se puede hacer igual que con el agua dulce,antes de consumirla es bueno informarse de cómo hacerlo y de las cantidades idóneas según cada caso.
Nosotros empezamos a usarla al cocinar, como por ejemplo al limpiar verduras y hortalizas o añadiéndola en sopas, caldos y purés. Algún tiempo más tarde, también empezamos a añadir 2 tapones de agua de mar al zumo natural del desayuno para darle un toque alcalino. En casa tenemos 3 perritos y 2 gatos y también les mezclamos su dosis de agua de mar con el agua dulce. Ninguno ha vomitado, ni ha tenido problemas para hacer sus «cosas», ni ha tenido más sed de la cuenta por el hecho de que «el agua de mar es salada»…, es más, están super activos y les brilla más el pelo. Incluso alguna vez que hemos ido a la playa a pasearlos, si tienen sed de tanto correr, se acercan a la orilla del mar y beben un poco de agua.
Actualmente, estamos «embarazados» de 8 meses y medio (¡nos queda nada!), y durante todo el embarazo he consumido agua de mar tal y como he explicado anteriormente, (en las sopas, cremas de verduras, caldos, zumos de frutas, algunas veces también mezclada solo con agua mineral, con agua con limón…) y a las 37 semanas estoy solo con 8 kg de más, una barriga pequeña, redonda y muy bonita (por qué no decirlo), un bebé de 3 kg que no para dentro de mi, sin anemia, sin estreñimiento, sin cansancio, sin los pies hinchados, con la tensión perfecta (el agua de mar no hace subir la tensión) saliendo a caminar por la montaña, practicando yoga, jugando con mis perros, haciendo las tareas del hogar y aún trabajando.

Incluso a estas alturas hay personas que me preguntan que de cuantos meses estoy y cuando se lo digo no se lo creen, también hay otras que me dicen que estoy muy delgada, que si no como, que el niño va a ser pequeño, que si tendría que comer más…bla, bla, bla. Las analíticas, el peso del niño y mi vitalidad hablan por sí solas. Recomiendo a todas las embarazadas no hacer caso de este tipo de comentarios, tú y nadie más que tú sabes que estás dándole a tu hijo la mejor nutrición.
Dentro de unas semanas vendrá la segunda etapa, la lactancia materna, en la cual voy a continuar con mi dieta habitual y mis dosis de agua de mar, las cuales iré aumentando o modificando según me pida el cuerpo.
Un saludo a todos,
Roser Roca Nebot y Joan Banach Rovirosa